Las horas derramadas: un latido que recorre las décadas

 


 

“No vivas de espaldas al misterio que late debajo de las cosas…” dice Pablo Di Marco (Buenos Aires, 1972)  en Las horas derramadas (Editorial Dualidad, 2020). Una novela atravesada por el género fantástico, en la que la literatura irrumpe como clamor, como plegaria, como grito. Como botella al mar que atraviesa el tiempo.

El mundo es trágico. Nuestra existencia tiene un límite y, por eso, vivir materialmente no tiene sentido.

Gabriel Desalvo lo sabe. Lo sabe al enfrentarse al espejo que es su padre, lo sabe al ver las grietas que resquebrajan la realidad en la que vive, lo sabe al no poder salir del agujero en el que La Empresa lo ha enterrado, lo sabe al perderse en el tiempo. 

Gabriel, luego de su caída, pasa sus días entre rendijas y subsuelos.  Mientras los años se escurren, realiza febrilmente una tarea que parece no tener sentido. Pero un día, en una tierra de lobos y acorralado por un mundo que se cae a pedazos, un poema que late en la oscuridad lo despierta.   

Con una prosa impecable y en un clima de melancolía, Di Marco nos abre las puertas  a un mundo en el que la cobardía, la traición, el amor y el horror por no haberse atrevido a vivir se codean con la certeza de que “…en contadas ocasiones, la vida nos consagra con un haz de luz…porque desea saber qué somos capaces de hacer con un retazo de gracia en nuestras manos”.  

Ganadora en España del XXI Certamen Literario Ategua, en sus 187 páginas, Las horas derramadas nos vuelve a mostrar que Di Marco es un escritor sólido, poseedor de una sensibilidad especial y un artífice de grandes historias que hay que leer. 



 

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